viernes, 18 de diciembre de 2015

ESCOPETEROS DE GETARES




Afortunadamente, siempre hay en esta vida personas que te enseñan algo, que te instruyen con sus conocimientos y contribuyen a agrandar los tuyos.
Eso me ha ocurrido esta tarde, cuando me encontraba en Algeciras en una comida corporativa con antiguos compañeros y amigos de aquella ciudad.
En esas charlas que se producen cuando los efluvios del etílico comienzan a hacer sus efectos y el cargado estómago te pide un receso, se suele hablar de cosas intrascendentes, incluso aburridas, lo que en nada contribuye a despejar la modorra que comienzas a sentir.
Pero no siempre es así y hoy no lo ha sido, pues cuando tras los postres, unos cuantos salimos al exterior a respirar un poco de aire fresco, mi buen amigo y antiguo compañero Pedro, me relataba una anécdota que encierra unos conocimientos que creo que son interesantes para compartir con los lectores.
Resulta que un colega suyo que se las da de todo lo que no es, presumía de historiador, de escritor sobre la historia y de tener más conocimientos que nadie.
En ese afán de deslumbrar, el colega venía a afirmar que la Guardia Civil, tras su unificación con el Cuerpo de Carabineros, era la fuerza policial más antigua en la lucha contra el contrabando.
Efectivamente, el cuerpo de Carabineros fue creado por Real Decreto de Fernando VII, el 9 de marzo de 1829, como cuerpo armado de carácter militar y tenía como misión la vigilancia de las costas y las fronteras para la represión de fraude fiscal y del contrabando, era por tanto un cuerpo que hoy contaría con casi dos siglos de historia, pero que en 1940 y tras la guerra civil, fue integrado en el Benemérito Instituto y aunque se han conservado algunos signos de identidad del desaparecido cuerpo, lo cierto es que ya casi nadie se acuerda de él.
Pocos años después de su creación como cuerpo de ejército, pasaron a depender del Ministerio de Hacienda, lo que produjo un considerable abandono de sus principios militares y pocos años más tarde, ya en 1842, era un cuerpo totalmente inoperante.
Unos lustros después se le revitalizó, adscribiéndolo de nuevo al Ministerio de la Guerra, lo que supuso un considerable empuje y así llegó hasta 1936 en el que el cuerpo tenía poco más de dieciséis mil hombres, de los que las dos terceras partes se pusieron del lado de la República, en donde se convirtieron en una especie de élite militar, pues tenían armas, formación y disciplina, circunstancias de las que carecían casi todos los ejércitos republicanos.
Eso, posiblemente, contribuyó a su desaparición e integración en la Guardia Civil, que consiguiendo de prestado los más de cien años que los carabineros llevaban servidos, se autocalifican como el cuerpo más antiguo en la represión del contrabando.
Pero resulta que eso no es cierto y mi amigo Pedro sacó al pseudohistoriador de un error de bulto, cuando le vino a decir que a tenor de lo que narraba, se veía que no conocía bien la historia y que desde luego ignoraba la existencia de un cuerpo llamado “Escopeteros de Getares” que le sacaba a los carabineros más de un siglo de antigüedad, en lo que a la prevención y represión del contrabando se refiere.
Getares es una preciosa ensenada situada al sur de Algeciras, casi frente a Punta Europa, lo más meridional del Peñón de Gibraltar y por donde tradicionalmente se han producido desembarcos, invasiones, contrabando y últimamente alijos de drogas y desembarco de inmigrantes.
Con la pérdida de la importante plaza de Gibraltar en 1713, como consecuencia del tratado de Utrech, las costas inmediatas al Peñón quedaron aún más expuestas a los enemigos británicos y a los piratas berberiscos, que con sus continuas incursiones y correrías hacían un considerable daño en las haciendas del litoral.
Para evitar esta serie de tropelías que constantemente y desde muy antiguo se padecían, la ciudad de Tarifa levantó, en el año 1705, un grupo de cuarenta hombres, expertos tiradores, que al mando de un capitán de la misma ciudad llamado Gaspar Salado, recibió el nombre de Compañía de Escopeteros.
Salado era un valeroso capitán de las milicias urbanas que supo transmitir su espíritu militar a la incipiente compañía, que en breve tiempo había sabido prestar un buen servicio a la sociedad, reconociéndose por todos los estamentos oficiales su utilidad. Por eso, ese mismo año le fue expedida una cédula real declarando a aquellos escopeteros como Compañía de Ejército y señalando que su ubicación sería en las alturas de la playa de la ensenada de Getares, lugar prominente y de muy buena visibilidad, a poniente de Gibraltar y desde donde se podía descubrir a los enemigos mucho antes de que llegaran a tierra, preparando la defensa que consistía fundamentalmente en la puntería de los disparos de los escopeteros, todos ellos magníficos tiradores.
Doce años más tarde y ya plenamente demostrada la valía de aquella exigua fuerza, fue considerablemente incrementada con otros cuarenta hombres y un nuevo mando, esta vez un teniente.
Si analizamos los sueldos que los diferentes integrantes de la compañía, se observa que debían ser un cuerpo de élite, pues el capitán cobraba mensualmente 450 reales, el teniente 320 y la tropa 112 reales y 32 maravedís, además de las mismas raciones de pan que las demás fuerzas del ejército.
Se dividió la compañía en dos secciones que actuaban a levante y poniente de Gibraltar y que incluso empezaron a embarcar a sus hombres para dar protección en la mar contra los piratas que asaltaban las embarcaciones que mercadeaban entre las dos orillas del Estrecho.
La sección de Getares, la principal, mantuvo su establecimiento en aquel puesto, aunque se dispuso que abandonaran las alturas y se trasladasen al fuerte del Tolmo, sito en la ensenada del mismo nombre que, aunque continuaba siendo  municipio de Algeciras, está mucho más próximo a Tarifa.

Ensenada del Tolmo, con Gibraltar al fondo

A principios de la década de los sesenta volvieron a trasladarse, esta vez a Algeciras, mientras los que prestaban servicio a levante del Peñón, es decir en lo que hoy son las playas de La Línea de la Concepción, lo hicieron a San Roque.
Finalmente, en 1867, toda la compañía se trasladó a San Roque, donde se acuartelaron, aunque al personal que estaba casado, se le permitía residir en sus casas con su familia.
Al consultar documentación sobre este peculiar cuerpo de ejército, me encontré una información que me pareció cuando menos interesante y es que lo que ahora conocemos como la Comarca del Campo de Gibraltar, cuando el Peñón se convirtió en colonia británica, aquella misma zona se conocía como Campo de San Roque, en donde existía un Comandante General que tenía la máxima autoridad militar de la zona.
Desconozco la razón por la que se cambió la denominación de la comarca y precisamente, cuando nos fue arrebatada la importantísima plaza del Peñón, pues dejamos de llamarla como se hacía antiguamente, Comarca del Campo San Roque, para llamarla del Campo de Gibraltar.
Como cuerpo de ejército, tomaron parte en la Guerra de la Independencia y en 1811 a las órdenes del Comandante General del Campo de San Roque, tomaron Medina Sidonia y participaron en la célebre batalla de Chiclana. Sin embargo y pese a la importancia que había tenido en su lucha contra el contrabando e incluso su brillante actuación en la guerra, cuando en el año 1819 se afrontó la reorganización del ejército, el cuerpo de Escopeteros de Getares fue suprimido.
Cuando se estaba produciendo la disolución del cuerpo, se produjo el levantamiento del general Riego, el uno de enero de 1820 en la localidad sevillana de Las Cabezas de San Juan y los Escopeteros no dudaron ni un momento de unirse al levantamiento, suspendiendo así su disolución.
Pero nuevamente en 1829, al producirse otra reorganización del ejército, volvió a decretarse la disolución de este cuerpo, tras ciento veinticinco años de historia.
Si se presta un poco de atención a las fechas, se ve que el año en que, por fin, se disuelven los escopeteros, es el mismo en que se crea el Cuerpo de Carabineros.
No es una casualidad, más bien cabría pensar que de la experiencia extraída en los muchos años de actuación de los de Getares, se entendió que era una idea para tener en cuenta y aplicarla a todo el territorio nacional, razón por la cual se crea un nuevo cuerpo que tiene presencia en todas las playas españolas y en el que es muy posible que se integrasen los escopeteros que quisieran permanecer en servicio. Tampoco pasa inadvertida la proximidad que existe entre las palabras “escopeta” y “carabina”
Actualmente la Policía Local de Algeciras tiene como uniforme de gala, el que portaban los antiguos escopeteros y la ciudad, en reconocimiento a la magnífica labor desarrollada, ha levantado, en la playa de Getares, una estatua conmemorativa del primer cuerpo represor del contrabando existente en España, le pese a quien le quiera pesar.


2 comentarios:

  1. Jajaja, a quien más le va a pesar es al pseudo historiador si le tu artículo.
    Hay muchos de estos por ahí,
    autodenominándose historiadores, incluso cronistas oficiales.
    Muy interesante, salu2

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