He querido
buscar documentación sobre el personaje del que me dispongo a escribir y no he
encontrado prácticamente nada en español y si mucho en inglés y alemán, pero
eso no me ha hecho desistir de sacar a la luz pública a un hombre, totalmente
gris, al que se le considera que ha sido el más rico de todos los ricos que a
lo largo de siglos han existido: Jacob Fugger.
Si se
pudiera comparar su fortuna con otras perfectamente conocidas, cosa que no es
posible por muchas razones, se especula que sería muy superior a la de todos
los magnates actuales juntos: Bill Gates, Carlos Slim, Mark Zuckerberg y algún
otro. Y sin embargo ha pasado completamente desapercibido y solo algunas
personas han tenido conocimiento de su existencia.
Creemos
que nuestros financieros actuales, los deportistas, los hombres de negocios o
los actores de Hollywood, por citar algunos gremios que se tienen por ganar
fortunas, son los que más dinero han ganado, pero no es así. Hoy lo veremos con
este casi desconocido personaje y como hace ya unos años hicimos con otro sobre
el que publiqué un artículo en 2013 y que se trataba del deportista mejor
pagado de la historia que resultaba ser un conductor de cuadrigas romanas (puedes
consultar el artículo en este enlace: http://unalupasobrelahistoria.blogspot.com/search?q=el+deportista+mejor+pagado
).
En el caso
de Jacob Fugger (conocido en España como Jacobo Fúcar) se trata de alguien que
vivió en una de la épocas de mayor esplendor que ha experimentado la historia:
El Renacimiento, en donde aparte de la proliferación de artistas y humanistas en
casi todas las ramas del saber, el mundo occidental estaba conformado por dos
grandes poderes que eran el Sacro Imperio Romano y la Iglesia, con su papa al
frente.
Pues bien,
a esos dos grandes poderes los financió Jacob Fugger, hasta el extremo de que
Carlos I de España, no hubiera sido V de Alemania de no ser por las “pelas” que
le prestó Jacobo.
Fugger,
apodado “El Rico”, nació el 6 de marzo de 1459 en Augsburgo, al sur de
Alemania, hijo de un padre con los mismos nombres que fue obrero tejedor,
concejal y comerciante y al que para diferenciarlo de su hijo, se le llamaba
“Jacob, el Viejo”, el cual siendo de humilde cuna, llegó a ser uno de los
hombres más ricos de Augsburgo, claro que nada que ver con lo que llegó a ser
su hijo, el noveno de diez hermanos, compuesto por siete varones y tres
hembras.
Los cinco
hermanos mayores fueron educados por su padre en el mundo de los negocios y las
finanzas, pero para Jakob y Markus, el hermano que le precedía, se decidió que
debían seguir la carrera eclesiástica, como era costumbre para los segundones.
Así las
cosas, ingresaron en el monasterio franciscano de Herrieden, en Baviera, donde
el pequeño Jacob fue rápidamente objeto de atención por su preclara
inteligencia y el abad le nombró canónigo.
Pero en su
familia estaban ocurriendo muchas cosas y así, sus dos hermanos mayores
murieron cuando estudiaban en Venecia víctimas de unas fiebres que asolaron la
ciudad durante una década. Unos años después, murió su padre y cuatro años más
tarde su hermano Peter, el mayor de los hijos, dejando gran parte del negocio
familiar en manos de Markus, inmediatamente anterior a Jacob y que tras las
muertes familiares había empezado a dirigir la rama del negocio radicada en
Italia.
Pero el
éxito financiero de la familia llega cuando por diversas vicisitudes, Jacob
debe abandonar su formación eclesiástica y dedicarse a dirigir el clan
familiar. Ciertamente que había recibido muy poca instrucción financiera, pero
era extremadamente inteligente para los negocios y pronto se colocó en la cima
de las finanzas europeas, que es como decir del mundo.
Retrato a plumilla de Jacob Fugger,
por Holbein, El Viejo
Ciertamente,
la actividad económica de la época era escasa, pues no existían las empresas ni
las grandes producciones de bienes de consumo. Las sociedades eran autárquicas
y casi el único comercio que trascendía fronteras era el de las especias.
Los ricos vivían
del trabajos de sus arrendatarios que a cambio recibían la protección del
señor, los cuales no se interesaban en ampliar sus capitales. La minería,
bastante extendida en Europa se reducía al hierro, el cobre y la plata, con
producciones escasas para el gran esfuerzo que suponía arrebatar esos metales a
la tierra.
Fugger
creó la primera empresa multinacional dedicada a la minería y en poco tiempo
monopolizó el comercio de aquellos metales y además creó otra empresa para
comerciar con especias.
La minería
de metales nobles, como la plata, despertó gran interés en el joven Jacob que
empezó a financiar a los trabajadores autónomos de Alemania que a cambio de
dinero efectivo, cedían participación en los futuros beneficios, así como
vendían la plata directamente al prestamista, que se ahorraba importantes
cantidades en intermediarios.
Los
beneficios que empezó a obtener le impulsó a extender su actividad a Austria y
a Suiza, con lo que internacionalizó sus actividades.
Por estas
dos razones, se le considera uno de los fundadores del sistema capitalista, tan
denostado en los momentos actuales, pero que es el único que no tiene un
creador que no sea otro que la necesidad, ni está sustentado por ninguna
ideología, aunque frecuentemente se achaca a la derecha política.
Jacob era
un buen comunicador y sabía de la importancia que tiene la información y para
eso montó un servicio de transmisión de noticias sobre las actividades
mercantiles en distintas partes de Europa, pagando a los mensajeros que le
aportaban la información que necesitaba para dirigir su actividad económica.
Estas informaciones se transcribían en lo que podría llamarse un ancestro de
los modernos diarios.
La Iglesia
no permitía que los banqueros pagaran intereses por los depósitos que los
clientes poderosos le hacían, lo que constituía un verdadero escollo en una
sociedad tan dominada por el credo católico; pero Fugger era poderoso. El papa
era un “cliente” suyo, al que había financiado para que se ciñera la tiara
papal y le costó poco convencerlo para que levantara tan ridícula prohibición,
cosa que el Vicario hizo muy a gusto y Fugger empezó a pagar intereses a las
personas que depositaban sus capitales en su banco de Augsburgo.
Siguiendo
con la Iglesia propuso la venta de indulgencias, practica que ha durado hasta
nuestros días y así, con los capitales recibidos para salvar almas, evadir el
ayuno y la abstinencia, ganar indulgencias y otras prerrogativas, financiar las
obras de la Basílica de San Pedro.
Este
hecho, provocó la rebelión de Lutero y el inicio de la Reforma Protestante, así
que Fugger tuvo su parte de culpa en esta nueva situación religiosa.
Tan pronto
se conoció el descubrimiento de América, el financiero comprendió la enorme
magnitud económica que traería consigo y rápidamente creó un fondo para
financiar otras expediciones que sabía que se iban a producir y así costeó el
primer viaje portugués a la India y posteriormente el viaje de Magallanes.
El clan
familiar que dirigía Jacob fue el principal financiador de Maximiliano I,
emperador del Sacro Imperio y por esa razón, a su muerte y sucedido por Carlos
V, pasó a ser igualmente el primer financiador del nuevo dueño de Europa.
El poder
terrenal y el eterno. Los dos estaban en manos de los Fugger. Maximiliano era
un auténtico manirroto, siempre falto de dinero y siempre pidiendo más,
acumulando unos deudas astronómicas, para las que ofreció como avales, condados
enteros o ciudades con todas sus industrias, las cuales aceptaba Fugger sin
ningún remilgo.
Endiosado por
su poder y su fortuna tuvo la osadía de hacer ver al emperador Carlos que de no
haber sido por él, no hubiera conseguido la corona de emperador y que él muy
bien podría haberse decantado por Francisco I de Francia, el eterno enemigo de
Carlos, con el que hubiera obtenido grandes beneficios.
Jacobo
Fugger murió el 30 de diciembre de 1525 siendo el hombre más rico de Europa,
que cabe decir del mundo, con una herencia de más de dos millones de florines
que serían hoy unos cuatrocientos mil millones de euros.
A Felipe
II también alcanzó la deuda que su padre tenía con los Fugger y que saldó
declarando la bancarrota del estado español.
Pero Fugger
no solamente estaba interesado en el dinero, pues en un gesto altruista propio
de aquella época en la que los principios religiosos primaban y para paliar la
angustiosa situación de artesanos y campesinos, explotados por sus señores,
Jacob creó los llamados “Fuggerei”, el proyecto social de vivienda más antiguo
del que se tiene noticia, que se construyó en su ciudad, Augsburgo y donde por
el simbólico precio de un florín al año, las gentes de las clases pobres podía
acceder a una vivienda muy digna y suficientemente amplia.
Este
proyecto, inaugurado a principios del siglo XVI, está todavía en funcionamiento
y actualmente cuenta con 147 apartamentos de 60 metros cuadrados a los que se
accede con las mismas condiciones sociales y económicas que cuando se fundó.
Una cuidada calle del actual Fuggerei
de Augsburgo
Curiosa historia de este personaje desconocido para mí. Ese poder de tener a Iglesia y realeza en la palma de la mano, ciertamente te convierte en poder absoluto o total.
ResponderEliminarMuy interesante el artículo y el personaje, desconocido para mí.
ResponderEliminarNi idea de este señor, pero curiosamente en la calle de la fotografía, al fondo a mano izquierda hay, o había, un restaurante, donde he comido hace unos años.
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