sábado, 8 de junio de 2019

¡DEJAD SOLA A LA NATURALEZA!




Son muchas las ocasiones en las que la mano del hombre ha tratado de torcer a la de la Naturaleza, pero son muy pocas en las que su afán por ir contra “natura” ha tenido éxito.
La historia está plagada de ejemplos que ponen de manifiesto, una y otra vez el fracaso humano frente a la inmensa potencia natural. En años de mucha sequía se ha construido negligentemente sobre antiguas ramblas mucho tiempo seca, o sobre cauces de torrentes por donde nadie recordaba haber visto el agua correr, pero un día, empieza a llover y lo hace como suele hacerlo actualmente, de forma muy intensa y en poco espacio de tiempo. Al cabo de horas de esta lluvia torrencial, los cauces se desbordan y el agua busca sus aliviaderos ancestrales, aquellos que llevaba años sin utilizar y entonces, arrasa, inunda, extingue muchas vidas.
Hace ya unos años, me contó un amigo que ante una catástrofe natural provocada por la lluvia, escuchó de labios de un técnico de medio ambiente una frase que lo dejó consternado. Cuando veían el desastre que había provocado aquella avalancha de agua y la posterior inundación de todas las zonas bajas de un río, el Guadalete, que discurre desde su nacimiento con una magnitud más que discreta y que se había llevado por delante puentes y destrozado las riberas, el experto, con pasmosa serenidad dijo que siempre hay que tener en cuenta que un río en cualquier momento puede presentar su escritura de propiedad.
Y es verdad: hay que respetar lo que es de otros y no ir nunca contra la naturaleza, por mucho que hayan ahora determinados movimientos más o menos populares que nos digan que eso es lo moderno.
Cuando Colón trajo la patata de América, no se podía imaginar la cantidad de hambre que iba a quitarle al mundo.
Pero si la patata no había crecido en el viejo continente sería por algo; no obstante éste y otros nuevos cultivos, como el del tomate o el maíz, arraigaron en Europa a la perfección y empezaron a cultivarse masivamente.
Tanto que, muchos pueblos deprimidos, se vinieron alimentando de patatas casi exclusivamente.
El problema es cuando la mano del hombre tiende a torcer a la de la propia naturaleza y eso ocurrió en Irlanda a mediados del siglo XIX, cuando todavía era tierra británica, que para proteger el cultivo de cereales de Escocia, Gales e Inglaterra que en aquellas tierras se daban muy bien, las autoridades de Gran Bretaña obligaron a todos los agricultores irlandeses a cultivar exclusivamente patatas, prohibiendo otros cultivos, sobre todo de cereal.
Pero la patata tiene un enemigo mortal, una plaga que se llama “roya” y que está producida por varios tipos de hongos que atacan tanto a las hojas, impidiendo la floración como al propio tubérculo al que hace incomestible, hasta el extremo de destruirlo convirtiéndolo en una papilla que hace imposible su aprovechamiento incluso como simiente para nuevos cultivos.
Y como quiera que esa enfermedad de la patata se da especialmente en climas muy húmedos e Irlanda evidentemente es tierra muy húmeda, la “roya” se extendió a todos los campos y acabó con el cultivo de la patata.
No había otra cosa que comer, pues no tenían cereales, así que la gente empezó a morir de inanición o a emigrar a mejores tierras.
Se calcula que una cuarta parte de la población, dos millones de personas, sucumbió de hambre primero y luego también de las innumerables enfermedades que se iban desatando, como consecuencia del amontonamiento de cadáveres.
Mientras, los británicos desplegaron el ejército para impedir el asalto de la población a granjas donde se criaban animales, cuyo consumo era exclusivamente para la metrópoli.

Aspecto de la patata atacada por la “roya”

 En masa emigraron los irlandeses a Estados Unidos, de ahí la extraordinaria proliferación de irlandeses en aquel país.
Otro desastre, quizás éste más dramático fue la hambruna de China de 1958 provocada por un plan alocado, sin base científica y producto de la cerrazón comunista que puso en marcha Mao Zedong (en mis tiempos de joven se decía Mao Tse Tung) y que duró hasta 1961. El programa se llamó “Gran Salto Adelante” y era un cúmulo de medidas sociales, económicas, políticas que pretendían cambiar fundamentalmente la economía agraria de China mediante comunas, prohibición de la agricultura privada.
En su conjunto, este fabuloso proyecto causó entre quince y treinta millones de muertos, según reconoció posteriormente la propia administración China, una vez Mao hubo caído en desgracia.
Entre otras barbaridades, el programa establecía un sofisma que nadie se molestó en desmontar y en el que se achacaba el hambre del pueblo chino a la gran cantidad de gorriones que había en el país y que se comían los granos de arroz, trigo y otros cereales que estaban destinados al pueblo.
En consecuencia se desató un odio a estos pobres pajarillos, de los que se decía que cada uno comía cuatro kilos y medio de granos al año, que se extendió por toda la población y a la orden del gobierno de acabar con el gorrión, se unió, disciplinadamente toda la población.
Fueron muchos los métodos empleados aparte de trampas y armas de pequeño calibre, como sistemas tradicionales y el batir de ollas y cacerolas día y noche para que los pájaros, asustados no cesaran de huir hasta caer rendidos.
Se destruían los nidos y se mataban los polluelos, pero quizás lo más efectivo fueron los venenos con los que se sembraron los campos y jardines, produciendo un desastre ecológico en la cadena trófica.
Hay fotografías que muestran carros cargados de pájaros muertos como un signo del triunfo de la sociedad sobre el mísero animal, como la que se muestra aquí abajo.

 


Pero los gorriones no comen solamente grano; también se alimentan de insectos, tanto voladores como terrestres y mosquitos, langostas, saltamontes, gusanos, larvas, etc., constituyen la base de su alimentación, en mayor cantidad que el grano.
Ante la falta de sus depredadores naturales, los insectos se hicieron amos de la situación y aunque el programa también contemplaba acabar con moscas y mosquitos, comida predilecta del gorrión, lo cierto es que estos pequeños insectos son más difíciles de perseguir y casi siempre se han combatido introduciendo a sus depredadores naturales, nunca exterminando a éstos.
Llegaron plagas de toda clase de insectos, porque lo cierto es que los gorriones comen muchos más insectos que grano y así lo advertían las autoridades científicas de muchos países, alarmadas por la magnitud del desequilibrio que la locura de Mao pudiera ocasionar en el orden ecológico mundial.
Pero, como siempre, era una advertencia capitalista, de los enemigos del pueblo y siguió persuadido de la eficacia de su plan.
No se sabe si aquello era una ocurrencia suya, fruto de su observación de la naturaleza, o alguien le había contado aquella patraña y él la había creído, lo cierto es tardó cuatro años en darse cuenta de la realidad y cuando ya los gorriones de China estaban al borde de la extinción.
Entonces, cuando ya la población estaba padeciendo una tremenda hambruna como consecuencia de la esquilmación de los campos por las sucesivas plagas de langosta y otros coleópteros, el líder comunista, director espiritual del pensamiento más retrógrado, si dirigió a su pueblo en uno de aquellos mensajes interminables, propio de los carismáticos líderes comunistas y refiriéndose al asunto de los gorriones dijo sencillamente a sus súbditos: Olvídenlo.
La situación llegó a ser tan grave que el entonces dirigente de la URSS, Jruschov, envió en secreto un cargamento con doscientos mil gorriones para repoblar y tratar así de paliar las consecuencias de su devastación pero sin dar publicidad para que el pueblo no se enterara lo que habría producido un gran detrimento en la popularidad del líder.
Han pasado cuarenta años y a pesar de los esfuerzos para recomponer el desastre, la situación no se ha estabilizado y aún China, con sus inmensos territorios tiene una población de aves pequeñas, tipo gorrión, mucho menor que otros países, incluso de su mismo entorno.

1 comentario:

  1. Me ha dado mucha alegría leer nuevamente un artículo tuyo. Enhorabuena y a seguir...un abrazo J.Mari!!!!

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