sábado, 30 de noviembre de 2013

PERÚ NO ERA EL PERÚ




El título de este artículo puede parecer enrevesado, quizás un juego de palabras, pero a lo largo de la exposición trataré de desentrañar el escaso misterio que pueda encerrar porque lo que conocemos como Perú, deformación del término Birú o Pirú no se refería, ni mucho menos, a los territorios que formaron el virreinato de Nueva Castilla, el antiguo imperio de los incas, conquistado por Pizarro, Almagro y Hernando de Luque.
La historia se remonta a la segunda década del siglo XVI, años antes de que estos conquistadores se lanzaran a la aventura del descubrimiento y conquista del reino de los incas. En aquel momento en el que apenas estaban consolidándose las posiciones en la llamada Tierra Firme, el rey Fernando el Católico, nombró a Pedro Arias Dávila, gobernador de Castilla de Oro, región que comprendía Nicaragua, Panamá y la parte norte de la actual Colombia.
El nuevo gobernador, conocido en la historia como Pedrarias Dávila, (recuérdese mi artículo http://unalupasobrelahistoria.blogspot.com.es/2013/03/viajando-con-su-ataud.html), llegó en el año 1514 con sus hombres a la región central del nuevo continente, con la misión de establecerse y colonizarlo.
Entre sus tropa figuraba un vasco llamado Pascual de Andagoya, un joven intrépido de poco menos de veinte años que destacaba por su entusiasmo y formación, lo que hizo que pronto prosperara entre las huestes y recibiera el encargo de fundar una ciudad al otro lado del istmo y así, en 1519 fundó la ciudad de Panamá, con cuatrocientos colonos que marchaban con la expedición.


Pascual de Andagoya

Pero Andagoya no se contentaba solamente con fundar ciudades y gobernarlas, su espíritu aventurero le hizo ponerse en marcha con un reducido contingente en dirección al sur, recorriendo el litoral colombiano del Pacífico.
Hacia 1522 se le nombró Visitador Indio de Castilla de Oro y con ese cargo y un grupo mejor formado de hombres de armas, empezó a explorar las tierras y litorales de Colombia. A sus expensas construyó unas naves y con ellas se hizo a la mar.
Recorriendo la costa del Pacífico encontraron un río navegable, cuyo cauce siguieron hasta encontrar una fuerte resistencia por parte de los indios, a los que tuvieron que enfrentarse y derrotarlos.
Para congraciarse con sus vencedores, el cacique se ofreció a ayudarles a explorar una vasta región conocida en la lengua indígena como “Chocó”  y que es buena parte del norte de la actual Colombia. Decía el cacique que unas tribus conocidas por ellos como de los territorios del Birú, situados más al sur, los acosaban llegándose por mar en canoas y causando muchos estragos entre su población.
Andagoya aceptó el ofrecimiento pero sus fuerzas eran escasas para continuar en campaña, por lo que una de sus naves volvió a Panamá para pedir refuerzos, mientras él y sus hombres se reponían en aquella tribu.
Con la llegada de los refuerzos, meses después y acompañados por una partida de exploradores indios, continuaron su viaje por el litoral, hasta llegar a un nuevo río que bautizaron con el nombre de San Juan, uno de los más importantes ríos de la región, que desemboca formando un delta turbulento en cuyas aguas zozobró la embarcación que Andagoya llevaba, quedando herido.
Aun así, remontaron el río hasta encontrar una fortaleza desde la que le hicieron frente. Con la inestimable ayuda de la fusilería, los indios se rindieron, consiguiendo pacificarlos, pero herido como se encontraba hubo de ordenar el regreso.
Fue allí, entre aquellos indígenas del río San Juan, donde tuvo por primera vez noticias de un poderoso imperio situado mucho más al sur y que era conocido por Tahuantinsuyo, país de muchas riquezas y con una civilización aparentemente más avanzadaa en donde el oro y la plata, los codiciados metales que movieron la maquinaria del descubrimiento y la colonización, abundaban por demás.
A su vuelta a Panamá, Andagoya dio a conocer sus descubrimientos y habló de aquellas tierras sureñas, del Birú, las tierras por él descubiertas y del imperio del sur, en donde el oro y la plata abundaban.
Aquel conocimiento hizo que en 1524 Pizarro, alcalde de la ciudad de Panamá, emprendiera la aventura de la conquista del imperio inca, a cuyas tierras puso el nombre de Pirú, según había oído a Andagoya referirse a aquellos territorios con ese nombre, pero, evidentemente debía de haber un error, porque los indios del Chocó no podían haber entrado en contacto con los incas del Cuzco o la Ciudad de los Reyes, dada la enorme distancia existente y la escasez de medios, por lo que es mucho más posible que se refirieran a unos territorios limítrofes con los suyos y no los incaicos.
De todas formas el nombre de Pirú, primero y Perú, más tarde, se acuñó para aquellos inmensos territorios conquistados a los incas y base de la expansión española en el sur del Nuevo Continente.
Pascual de Andagoya, además de aventurero y marino, tenía aficiones literarias y escribió los hechos de Pedrarias Dávila entre otras muchas cosas y a su llegada a Panamá, después de aquella aventura fallida, escribió unas memorias acerca de aquel viaje, documento que permanecía ignorado hasta que el prestigioso historiador peruano Miguel Maticorena lo rescató del olvido. Ese documento está fechado en 23 de julio de 1523 y Andagoya describe cómo ha descubierto las tierras colombianas a las que se refiere como “provincia del Perú”, que el año anterior había visitado.
Esta es la primera constancia escrita del nombre de Perú, que hace referencia a unos territorios al sur de la costa pacífica de Chocó (Colombia) que no se puede confundir con la zona del imperio inca. No obstante, cuando años después Pizarro y sus hombres derrotan a los incas, comienzan a llamar a aquel territorio con el nombre de Perú, pero evidentemente ese nombre hacía referencia a otras tierras que estaban  situadas mucho más al norte.
Basta echar un vistazo al mapa de la costa del Pacífico para comprender la enrome distancia que existe entre Buenaventura, un poco al sur de la desembocadura del río San Juan y Cuzco.

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