sábado, 10 de junio de 2023

RECUPERATIO IMPERII

   

 

¡Que mal nos han contado la Historia!

Y eso que yo presumo de haber recibido muy buena instrucción durante mi paso por los dos bachilleratos.

Porque cuando yo estudiaba (más bien poco), había dos bachilleratos, separados por la temible Reválida de Cuarto y es que, cuando terminábamos el cuarto curso de bachiller, había que superar un examen  llamado Reválida y en el te hacían preguntas de todo lo que se había estudiado en esos cuatro años.

Superada esa prueba, quedaban otros dos años de muchísimo contenido. Si completabas el quinto y sexto curso de bachiller y la Reválida correspondiente, te daban un diploma que decía que eras “Señor Don”. Si querías seguir estudios superiores tenías que superar un curso más, que se llamaba “Preuniversitario”.

Era algo así como la actual selectividad, con la salvedad de que aquel era una criba durísima de un año y no un examen de un día.

  Bueno, pues a pesar de lo que nos enseñaron en aquellos siete años, hay muchísimas cosas que nos pasaron totalmente inadvertidas y de las que, si nuestro interés por saber y conocer, después del periodo educacional, no nos hubiera impulsado a querer incrementar los conocimientos, habrían permanecido ignotas para nosotros.

Precisamente esos momentos de la historia son los que constituyen la esencia de este blog: sacar a la luz aquellos hechos que no nos enseñaron, los que han sido sistemáticamente ignorados, los que casi nadie ha conocido y un etcétera tan largo como queramos.

Muy de mayor me enteré de “La Guerra de la oreja de Jenkins”, en la que Blas de Lezo le dio a los ingleses para ir pasando, aunque se enfrentaba a la mayor flota conocida hasta la II Guerra Mundial; supe que Atenas había sido conquistada por los almorávides, las fuerzas aragonesas del “desperta ferro” y también he sabido de esta recuperación del imperio romano.

Y no por desidia en aprender, sino por falta de enseñar.

Cuando los bárbaros de Odoacro conquistaron Roma, el imperio de Oriente, con capital en Constantinopla, asentada sobre la antigua Bizancio, continuó funcionando por espacio de otros diez siglos. Gracias a ese antiguo asentamiento heleno, el imperio fue conocido como Imperio Bizantino.

Había nacido en el año 375 a la muerte de Teodosio, el emperador romano nacido en Hispania que dividió el imperio entre sus dos hijos: Honorio y Arcadio. Honorio se quedó en Roma y Arcadio en Constantinopla.

Y el imperio de Occidente, el de Roma, empezó a padecer, no así el Bizantino que continuó siendo poderoso y rico, extendiéndose por toda la cuenca del Mediterráneo interior.

Era el siglo IV y aún faltaba otra centuria para que Roma cayese en manos de los bárbaros y el imperio romano de occidente desapareciera, produciendo una conmoción en la mitad del mundo conocido.

Y pasaron los años y los pueblos bárbaros, en oleadas, fueron desplazándose unos a otros, hasta que el panorama empezó a estabilizarse y la sociedad romana, adaptándose a la nueva situación, adentrándose en un periodo de oscuridad cultural, social, religiosa y bélica, pues las legiones romanas habían desaparecido y la paz interrumpida  condujo a un progreso detenido.

Oriente siguió con renovado esplendor y nunca perdió la concepción de romanos que tenían sus ciudadanos y en el espíritu de sus emperadores, siempre estuvo el deseo de volver a unificar aquel poderoso imperio.

Evidentemente Roma no lo consiguió, pero los otros romanos, los de Constantinopla/Bizancio si que estuvieron a punto de lograrlo y de hecho, por un periodo de tiempo no muy largo extendieron su imperio por todo el norte de África y el sur de Hispania.

Veamos cómo fue.

El día uno de agosto del año 527 ceñía la corona de emperador del Imperio Romano de Oriente, Flavius Petrus Iustinianus, el último gran emperador del imperio bizantino y también el último que tenía la lengua latina como vernácula.

Fue también uno de los emperadores más longevos, pues vivió la friolera de ochenta y tres años, de los cuales treinta y ocho fue emperador, pero no solamente fue longevo sino que es considerado como una de las personas más importantes en la larga época que transcurre desde el paso de la Edad Antigua a la Edad Media y no solamente en el terreno de lo militar, sino como gobernante y administrador de su imperio.



Bellísimo mosaico de Justiniano I

 

 

Su idea fija era la de que se recuperase la grandeza del Imperio Romano, el Recuperatio Imperii, como figura en el título de este artículo.

Contaba para esa enorme gesta con una persona de enorme valía, quizás el mejor general de toda la larga historia del Imperio Bizantino: Flavius Belisario, extraordinario militar y estratega aunque su jefe máximo el emperador Justiniano aportó poco apoyo a su paladín, quizás por el temor de que se hiciera demasiado poderoso y le plantase cara.

Casi nada se conoce de los orígenes de este prestigioso militar que posiblemente nació en la misma Constantinopla, ingresó muy joven en el ejército sirviendo en la guardia personal del emperador Justino I a cuya muerte accede al poder Justiniano, que le nombra general de los ejércitos de Oriente.

Su misión fundamental era contener las continuas incursiones del imperio persa y en el transcurso de la misma demostró su gran habilidad como militar, derrotando varias veces a los persas.

Esta brillante carrera militar lo convirtió en el militar de mayor rango y en esa calidad hubo de intervenir en unas revueltas surgidas entre apasionados de las carreras de cuadrigas que hicieron tambalearse al trono de Justiniano y que terminó con más de treinta mil muertes.

Un año después, en el verano de 533 empezó a cumplir la idea de su emperador de reconstruir el antiguo imperio romano y con un ejército de quince mil soldados embarcó con dirección hacia la capital del reino de Cartago, Leptis Magna, consiguiendo apoderarse del reino y comenzar así su “reconquista”.


 

Mosaico de Belisario

 

Desde Cartago llegó hasta las llamadas Columnas de Hércules, situadas en el Estrecho de Gibraltar y desde allí se trasladó a Hispania, donde conquistó una estrecha franja de terreno a lo largo de toda la costa hasta Almería. Pasó después a las Islas Pitiusas, las Baleares, que también conquistó y desde allí se dirigió a conquistar Sicilia y a un paso más allá, en la península Italiana, tomó las ciudades de Nápoles y Roma y tras rechazar a los ostrogodos, puso rumbo norte para conquistar Milán y después Rávena que era la capital del reino ostrogodo.

Viendo éstos que el ejército de Belisario no tenía rival, le ofrecieron la paz a cambio de coronarlo emperador de Occidente, pero el general, fiel a su emperador, fingió aceptar la corona y tras entrar en Rávena apresó al rey, el ostrogodo Vitges.

Algo debió sentir el emperador Justiniano que ante la posibilidad de que su general se le enfrentase basándose en su poderío militar, porque lo mandó llamar para que frenase nuevamente al imperio persa que se había adueñado de Siria.

Otra vez demuestra Belisario sus grandes condiciones como militar y estratega y frena a los persas, con los que firma una paz costosísima en oro para su imperio, pero paz al fin y al cabo.

Con lo conquistado en el norte de África, el sureste de Hispania y en la península itálica, se tuvo que conformar Justiniano, pero su ilusión fue efímera, aunque al menos le duró mientras vivía, pero sus sucesores, endeudados hasta el extremo, vieron como se iban perdiendo las conquista de Justiniano ante la imposibilidad de defender los territorios conquistados.

Un detalle más es que Justiniano I se casó con Teodora, una meretriz llegada a emperatriz gracias a su belleza y sobre todo a su inteligencia y de la que hace unos años escribí un artículo que puedes consultar en este enlace: http://unalupasobrelahistoria.blogspot.com/2017/06/de-ramera-legisladora.html

El emperador conoció a Teodora a través de la amante de su general Belisario, llamada Antonina, lo que afianzó más los fuertes vínculos que unían al general con su emperador.

3 comentarios:

  1. Bonito e instructivo artículo. J.Exposito.

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  2. COMISARIO una vez mas me alrgro qu hayas vuelto a tus LUPAS, pues son muy eduactivas y nos hacerecordsr lo muchoo poco que aprendimoen el bachillersto hoy enEspañs no ceo que mss e 100.000 personas sepan quee uns pequeña franja del Levante de Andalucia, pertenecia Bizancio¡¡¡¡

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