jueves, 18 de junio de 2020

PEDRO "EL GRIEGO"




La pasada semana, mientras buscaba documentación sobre el museo de la ciudad cretense de Heraklion, me encontré con la sorpresa de que esta ciudad en tiempos se llamó Candía, tomando el nombre de la fortaleza que defendía su puerto.

Ese nombre me sonaba porque hace algún tiempo que estaba preparando documentación sobre un conquistador del Nuevo Mundo al que se conoce como Pedro de Candía, o Pedro “el Griego”, personaje de vital importancia en la conquista del Perú y que ha pasado desapercibido en la historia.

El tal Pedro de Candía había nacido allí, en Heraklión,  alrededor del año 1484.

En ese momento la isla de Creta, la mayor del archipiélago griego, estaba en manos de la República de Venecia y de los Caballeros del Temple.

Allí, en la fortaleza de la ciudad, nació Pedro en el seno de una acomodada familia veneciana, cuyos padres murieron en uno de los muchos asedios a los que los piratas otomanos y berberiscos sometían a la isla.

No se sabe a ciencia cierta si su madre era veneciana o aragonesa, pero lo que se conoce es que tras la muerte de los padres, Pedro, junto con sus tres hermanos mayores y una hermana más pequeña, fue trasladado a una ciudad llamada  Castelnuovo, donde un hermano de la madre fallecida, se hizo cargo de la educación de sus sobrinos.

Con el nombre de Castolnuovo hay más de una docena de ciudades repartidas por toda la península italiana, incluso en la costa continental del Adriático, por lo que se desconoce el lugar exacto en el que Pedro y sus hermanos pasaron el resto de su infancia.

El hecho de que años más tarde, la familia de su tío y los cuatro huérfanos se trasladasen a España, concretamente a Aragón, es lo que hace pensar la ascendencia de su madre, como se dijo más arriba.

 

Fortaleza de Candía, defendiendo el puerto

 

Pedro, bajo el amparo de su tío, inicia una carrera militar instruyéndose en la técnica innovadora del manejo de explosivos, así como en las modernas técnicas de la artillería, donde alcanza una alta cualificación.

Participa en diferentes campañas militares con las fuerzas españolas contra los piratas del norte de África como es la toma de Orán, golpe durísimo a la piratería bereber, el sitio de Bugía, o la rendición de Trípoli, siempre a las órdenes de Pedro de Vera, comandante de las tropas castellanas encargado de la artillería y que poseía una gran experiencia, después de haber participado en numerosas campañas como la conquista de las Islas Canarias.

A las órdenes de su comandante, Pedro “el Griego”, empieza a ser muy conocido por su alta preparación y su eficacia en la fabricación de pólvora, así como su destreza en el empleo de toda clase de armas de fuego, desde trabucos y arcabuces hasta culebrinas, falconetes, cañones y obuses.

Su última participación junto al comandante Pedro de Vera fue en la famosa batalla de Pavía, celebrada en 1525 contra los franceses en la que, además de una brillante victoria, se hizo prisionero al rey francés Francisco I que fue trasladado a Madrid.

Después de esta batalla, “el Griego” se traslada a Castilla, donde inicia su servicio en el cuerpo llamado Guardas de Castilla, que se había creado después de la conquista de Granada y se considera que es el primer verdadero ejército español, completamente profesional y con las consiguientes divisiones en diferentes armas.

Es en esta etapa cuando contrae matrimonio y reside en Villalpando, en la provincia de Zamora, pero dura poco su estabilidad matrimonial pues con el nombramiento de Pedro de los Ríos, noble cordobés a quien debió conocer en el servicio de las Guardas de Castilla, como gobernador del territorio conocido por Castilla de Oro de Tierra Firme, en la América Central, se decide por trasladarse al Nuevo Continente.

Corría el año 1526 y el continente americano bullía de ambiciones. Todo el mundo ansiaba enriquecerse con el oro y la plata que aquellas tierras proporcionaba, aunque otros buscaban más la fama y la gloria de la conquista.

Las habilidades de “el Griego” con los explosivos le hacía un valor muy codiciado, pues la explosión de un petardo, el disparo de un arcabuz o el más potente de una culebrina, era algo que aterrorizaba a los indígenas que de esta forma y ante el temor de verse abatido por aquel ruido mortífero, se sometían a los conquistadores.

Por encargo de su amigo, el gobernador de los Ríos, se une a las huestes de Almagro que está formando un contingente para, a su vez, unirse a Francisco Pizarro e iniciar la conquista de las tierras al sur de Panamá.

En algunos escritos de correspondencia cursados entre los conquistadores y el gobernador, se hace alusión a Pedro de Candía como soldado experto en estrategia militar y muy hábil en temas de artillería y explosivos, su verdadera especialidad.

Cuando la expedición de Almagro se une a la de Pizarro y su gente, al sur del río San Juan, había pasado ya un año desde que Pedro pusiera pie en tierras americanas.

De inmediato se inició la exploración de aquel territorio, pero dada la inmensidad de aquellas selvas y costas y la escasez de hombres, Pizarro decide establecerse de momento en la llamada Isla del Gallo, en la costa de Colombia, muy cerca de lo que hoy es frontera con Ecuador y allí esperar a que Almagro reclutase más hombres en Panamá.

Las condiciones de supervivencia en aquella isla eran durísimas y muchos de los participantes de aquella expedición querían volverse a Panamá, pero Pizarro, consciente de la intención de algunos de sus hombres, estableció unas condiciones de casi confinamiento.

No obstante, los descontentos, ante la imposibilidad de escapar de aquella reclusión, optaron por otra forma de comunicarse con el exterior y consiguieron introducir en el correo que de tarde en tarde llegaba a la isla, una serie de quejas para el gobernador Pedro de los Ríos, el cual, a la vista de las demandas formuladas por los descontentos decidió enviar un representante suyo, el cual se presentó a Pizarro y le obligó a dejar salir de la isla a aquellos que lo desearan y que volverían con él a Panamá.

Para disgusto de Pizarro, la mayoría siguió al representante del gobernador y solamente trece hombres se declararon decididos a continuar junto a Pizarro. Son los que la historia conoce como “Los trece de la fama”.

Y entre ellos se encontraba Pedro “el Griego” que, en vista de su fidelidad al conquistador, hizo que éste le prestase mucha más consideración.

Pedro de Candía era un hombre fuerte, decidido, valeroso y nada pusilánime, por eso se ofreció para ser el primer conquistador que entrase en contacto con los indígenas. Fue en un poblado llamado Tumbes, en la costa norte de Perú.

De lejos parecía una ciudad fortificada, pero el de Candía no puso reparo alguno y con una gruesa cota de malla, yelmo y celada, con una espada al cinto y escudo de acero, cogió su arcabuz y avanzó decididamente hacia la ciudad.

La presencia de un solo hombre no pareció inquietar a los indígenas, a los que dejó aterrorizado cuando disparó el arma sobre unos tablones que quedaron hecho añicos.

A la vista del poder que aquel hombre tenía, los incas consideraron que era un enviado de su principal dios, “Viracocha”, ofreciéndole hospitalidad e invitándole a visitar su ciudad, donde le mostraron templos, casas, la fortaleza y cuanto había en la ciudad. Allí, “el Griego”, comprobó las inmensas riquezas que la ciudad albergaba y al regresar con sus compañero y relatar lo que habían visto sus ojos, despertó la codicia en los expedicionarios.

Pero no era posible que con trece hombres acometieran la tarea suicida de enfrentarse a aquellos indígenas que parecían estar muy bien preparados, por mucho que las armas de fuego pudieran aterrorizarlos, por lo que Pizarro decidió regresar a Panamá y contando su descubrimiento, conseguir más gentes para iniciar la conquista.

Expuesto su plan, el gobernador no se lo permitió, por lo que Pizarro, acompañado por “el Griego” emprendieron viaje a España, para entrevistarse con el emperador Carlos V.

Una vez en España, ante los miembros del Consejo de Indias, Pedro de Candía relató su experiencia con toda suerte de detalles, e incluso aportó un plano de la ciudad que él mismo había confeccionado.

El resultado fue la firma en Toledo de unas capitulaciones en las que se concedió a “el Griego” la categoría de hidalgo, además de regidor de la ciudad de Tumbes y el nombramiento como Artillero Mayor del Perú.

Iniciada la expedición para la conquista, participó activamente en todas las operaciones que se llevaron a cabo, sobre todo en la captura del inca Atahualpa y fue el primer alcalde de la ciudad de Cuzco, creada por los españoles en 1534.

Pedro de Candía murió en la batalla de Chupas, defendiendo el bando de Diego de Almagro, llamado “El mozo”, hijo del Almagro conquistador enfrentado a Pizarro, frente a las fuerzas realistas mandadas por Cristóbal Vaca de Castro, a manos del propio Diego de Almagro que consideró que “el Griego” lo había traicionado en el curso de la batalla. Era el 16 de septiembre de 1542.

 

La batalla de Chupas, según grabado de 1727

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