jueves, 5 de noviembre de 2020

FRANCISCO DE MIRANDA

 

El responsable de la política exterior de la Unión Europea es el español José Borrell en el que muchos habíamos confiado que al integrarse en el gobierno de Sánchez, introduciría, aunque fuera una pizca, sensatez, sentido de estado y moderación.

Me parece que no ha sido así y Borrell ha derivado su trayectoria de muchos años de demócrata intachable, para acomodarse a no sabemos qué aspiraciones que le iluminan o miedos que le atenazan.

Y digo todo esto, que no viene a cuento con el contenido de este artículo, porque días pasados, Borrell, el responsable de la política europea y vicepresidente de la Comisión Europea, envió un avión privado con dos personas y el encargo de mantener algunas oscuras conversaciones con el gobierno de Venezuela para conseguir que el presidente/dictador Maduro retrase las elecciones en dicho país.

El avión privado aterrizó en el “Aeropuerto de la Base Militar Francisco de Miranda”, a la que se conoce popularmente como “La Carlota”.

El resto de esta lamentable historia se irá viendo más adelante, ahora es el nombre de la Base Militar lo que importa y es que hace un par de semanas, un amigo que sigue mis artículos en el blog me comentaba que tenía que sacar del olvido a un personaje importantísimo en la independencia de Venezuela llamado Francisco de Miranda que había muerto precisamente en mi pueblo, San Fernando y más concretamente en la prisión militar del Arsenal de La Carraca, conocida como Penal de Cuatro Torres.

Como ya he dicho en ocasión anterior, refiriendo alguna anécdota personal, yo hice el servicio militar precisamente en aquel Arsenal y el que fuera Penal de Cuatro Torres se había convertido en Cuartel de Cuatro Torres, hasta que unos meses antes de licenciarme, al inaugurarse un nuevo cuartel para la marinería, el de Cuatro Torres volvió a convertirse en prisión.

 

Edificio del siglo XVIII conocido como Penal de Cuatro Torres

 

Así que en aquel viejo edificio en el que tantas horas había pasado tuvo su última residencia Francisco de Miranda, un militar venezolano al que se recuerda en su país y cuyo nombre lo lleva una de las más importantes bases militares.

Pero, ¿quien fue este importante militar venezolano cuyo nombre está inscrito en el Arco del Triunfo de París? Y no solo eso, tiene un cuadro con su retrato colgado en Versalles y una estatua en el Campo de Valmy, lugar donde se celebró la batalla del mismo nombre.

Francisco de Miranda era hijo de Sebastián de Mirada, canario originario del Puerto de la Cruz, en Tenerife, cuyo nacimiento estuvo envuelto en la duda de que su padre era un indígena guanche.

Muy joven, emigró a Venezuela, estableciéndose en Caracas como comerciante y contrayendo matrimonio con una mujer caraqueña de clase media llamada Francisca Rodríguez. Gracias a la voluntad y el tesón de Sebastián, consiguió reunir una pequeña fortuna que allanó muchos de los inconvenientes que su supuesto mestizaje le acarreaba.

Así, entre otras cosas, consiguió que contra muchas opiniones, se le aceptara como Capitán de las Milicias de Blancos de Caracas, cuerpo militar de élite, una de cuyas formas de ingreso era mediante donaciones para la compra de material militar.

Fruto de su matrimonio con Francisca, vino al mundo Francisco, que nació en Caracas el 28 de marzo de 1750. Con doce años inicia sus estudios en la entonces llamada Clase de Menores de la universidad de Caracas y dos años más tarde pasó a la Clase de Mayores, estudiando latín, gramática española y catecismo, así como historia, aritmética, geografía, arte, lógica, física y en 1767 obtiene el título de bachiller.

Junto a su padre vivió el fuerte enfrentamiento que se empezaba a extender entre los “blancos españoles y los blancos criollos” que sería el germen de todas las luchas por la independencia de Hispanoamérica.

Partidario realista, es decir, de la corona española, decide embarcarse para España con la idea de servir en el ejército español, con el que combatirá largamente en Europa, África y América, participando en eventos tan trascendentales como la independencia de los Estados Unidos, la Revolución Francesa y los procesos de independencia de la América Hispana.

Con el grado de capitán estando destinado en la guarnición de Melilla, participa en su defensa contra las hordas del Sultán de Marruecos y seguidamente en una expedición militar contra Argel.

En 1781 participa en el refuerzo de la plaza militar de Pensacola, en la Florida, contra los ingleses, momento de la heroica gesta de Bernardo Gálvez relatada en mi artículo que puedes consultar en este enlace: http://unalupasobrelahistoria.blogspot.com/2013/03/el-heroe-de-macharaviaya.html

Su comportamiento militar le valen un ascenso a teniente coronel, pero es más importante la evolución que experimenta en sus ideas en ese momento, cuando empieza a contemplar el nuevo concepto de una gran patria, a la que en su pensamiento denomina Colombia.

Su carrera militar sigue en ascenso y un año más tarde participa en una expedición que parte de Cuba para conquistar las islas de las Bahamas, en poder de los ingleses. Conseguida la capitulación de las tropas inglesas, se ve envuelto en un lio al que le lleva la envidia y la suspicacia de algunos molestos por la fama que estaba adquiriendo y se ve forzado a marcharse a los recién constituidos Estados Unidos, donde permanece año y medio que aprovecha para estudiar en profundidad el proceso independentista a la vez que traba amistad con George Washington y con el general francés La Fayette.

Concibe en esta época su primer esbozo del proyecto de independencia de todo el continente americano y se embarca en la dura tarea de lograr la ayuda de los distintos países europeos para conseguir independizar el continente americano.

Pero no era el momento propicio. La Revolución francesa se estaba gestando y Miranda no consigue que nadie le haga caso para arreglar un problema a muchos miles de kilómetros de casa, cuando estaba cayendo una verdadera tormenta en Europa.

Miranda no pierde el tiempo y se dedica a ampliar su ya extensa cultura, dominando el latín y el griego y otros cuatro idiomas modernos y en su vivienda en Londres llegó a juntar una biblioteca de más de seis mil volúmenes.

Después de viajar incansablemente por toda Europa, exponiendo su proyecto de emancipación, en 1792 recaló en París, donde establece una solida amistad con el alcalde de la ciudad, Jerónimo Petión que apoya su aspiración de ingresar en el ejército francés, cosa que consigue, siendo nombrado Mariscal de Campo del Ejército Revolucionario.

Sus constantes movimientos preparatorios de la independencia americana no son desconocidos del gobierno español que comienza a someterlo a una discreta vigilancia, mientras prepara la solicitud de extradición para aplicarle la legislación española.

Como mariscal del ejército francés obtuvo notables victorias frente al ejército prusiano, llegando a ser jefe del ejército francés del Norte de Europa. La envidia, amparada por algunas actuaciones desfavorables le hacen perder la confianza del ejército francés y en 1795 regresa a Londres donde nuevamente busca apoyos para ejecutar su plan independentista.

Tras muchas vicisitudes, decide regresar a Venezuela después de haber tenido conversaciones con la llamada Junta Suprema del Gobierno de Caracas, en la que está integrado Simón Bolívar y unos años después es nombrado Teniente General de los Ejércitos de Venezuela.

Inicia entonces una etapa como político, integrado en el llamado Congreso Constituyente que termina proclamando la independencia el 5 de julio de 1811.

Pero resulta un sueño efímero. Las tropas realistas, es decir las que permanecen fieles a la corona española derrotan a Bolívar y Miranda se ve obligado a negociar el fin de aquella primera república.

Renuncia a sus cargos cuando empieza a comprender que es rechazado en muchos círculos y prepara la salida del país, pero es detenido por un grupo de militares, entre los que precisamente se encontraba Simón Bolívar y acusado de traición es entregado a las fuerzas realistas.

Inicia allí un periplo por cárceles americanas hasta que a principios de 1814 es trasladado a La Carraca, donde es encerrado en un  calabozo del Penal de Cuatro Torres.

Allí permanece por espacio de dos años, hasta su muerte que se produce el 14 de julio de 1816.

Evidentemente lo expuesto en este artículo es tan sucinto que muchas cosas escaparán a la comprensión del lector, pero es que la densidad que llegó a alcanzar la vida de Francisco de Miranda fue tal que para explicarla con cierta ilación sería necesario todo un libro, pero se comprende la inquietud del personaje, su valía como militar y su reconocimiento por parte de los ejércitos de diferentes países, en donde, además, era tenido por un hombre de una gran cultura, considerándosele precursor de la Independencia Hispanoamericana y el “criollo”, es decir, hijo de españoles nacido en América, más culto de su tiempo.

El pintor venezolano Arturo Michelena recreó en esta pintura su estancia en el penal gaditano.



5 comentarios:

  1. Interesante y desconocido. Como siempre muy bien contado.

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  2. Muy interesante historia y un personaje ,que aún sabiendo de su existencia, era casi desconocido para mí.

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    1. Pepe, también me licencié sirviendo en el penal de cuatro torres, con el comandante Marcos Fernández. Un abrazo

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  3. Sin tener, ni mucho menos, tus conocimientos historicos, siempre sospeché que el nombre impuesto a su Regimen Político por Hugo Chaves - Republica Bolivariana de Venezuela - como indudable homenaje a quie ellos cosideran "El Libertador", encerraba detras un odio cainita a España, pais que mas que colonizador fue descubridor y cultirizador de muchos territorios con los que, en unltima instancia, mezclo y cruzo su sangre con los indigenas, prueba de ello es solo atender a los apellidos venezolanos.
    Pienso que con esta mezcla se transmitio algo que, por desgracia en nuestra querida España se da con harta frecuencia, las actitudes desagradecidas y cainitas. Fruto de esa transmision genetica nos encontarmos con que "criollos" y descendientes de esos "criollos" profesan un odio sin limites a nuestro pais, cuya estabilidad y traquilidad estan tratando de destruir a toda costa, eso con la inestimable ayuda de algun que otro "español" de Derecho que no de hecho, a juzgar por su comportamiento, que inmerso en odios trasnochados y con ides liberticidas y decimononicas tratan de hechar por tierra los cuarenta años mas tranquilos y fructiferos que yo, en mi limitada cultura Historica, creo que ha disfrutado nuestra España.Un Saludo José María


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  4. Documentado artículo que da luz a este personaje importante en nuestra historia, que desconocía y que merece tener presente.

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